Depende al cuadrado
- Alberto Fuentes López
- May 27, 2021
- 3 min read
A veces uno se centra en lo noticiable y se olvida de mirar en la trastienda. Una moto en el estadio. La cara A y la cara B de las cosas que existen. Buscarle el dorso a todo.

Leí una vez un libro que decía que «la suerte del genio es un 1% de inspiración y un 99% de transpiración, o sea, sudar». La mala suerte imagino que será algo así como que sea verano y sentarte en el autobús al lado de un genio que sude como ese. El 1% de inspiración, pero teniendo en cuenta el restante 99% de tortura por olor fétido.
Lo que vengo a decir es que todo depende de cómo lo mires. A veces uno se centra en lo noticiable y se olvida de mirar en la trastienda. En los trasteros pueden cocinarse las mejores cosas. Sobre todo si tienes una cocina en el trastero. Solo hay que querer abrir esa puerta olvidada. Que alguien me explique, por cierto, qué ha pasado con los alquileres de trasteros, que la cosa roza ya lo enfermizo. Cada mes veo una empresa nueva de trasteros. Las ganas de guardar las cosas a gente ajena por dinero... Lo pienso fríamente y ahora podría estar forrado solo de guardarle a mi novia las llaves del coche en mi bolsillo. Porque en su bolso no cabe, porque en el diminuto bolso ya van otras cosas más indispensables como el gloss labial. El tamaño importa (?), excepto a la hora de fabricar bolsos. Pero el amor todo lo puede y si hace falta los bolsillos serán trasteros. Asumido cien por cien.
Sigo por dónde iba. Lo de que todo depende, según como se mire, todo depende. En Italia, hace unos años, un aficionado del Atalanta lanzó al césped de San Siro (Milán) una moto. ¡¡Una moto!! Para qué bengalas o botellas pudiendo arrojar motos. La noticia fue que la tiraran, la apalearan, la quemaran y que, menos mal, finalmente no hubiese heridos. Sin embargo, lo realmente digno de estudio en profundidad es cómo narices consiguió ese ultra tarado colarla en el estadio. Y a mi no me dejaban introducir tapones de botella cuando iba a La Rosaleda a ver al Málaga o al Carpena a seguir al Unicaja. Ni bocadillos en el cine. Unos tanto y otros tan poco.
Los días nublados son directamente proporcionales a mis pocas ganas de vivir. Dicen que detrás de cada tormenta hay un rayo de sol, pero aquí nadie nos explica qué pasa si la tormenta es nocturna.
Injusticias de la vida, aunque depende con qué lente las observes. Tuve una amiga en el instituto que se apellidaba López López, la simplicidad al cuadrado, una redundancia de por vida. Encima de repetido, básico. Qué empatía me generaba. Un día pensé en cambiarle uno de sus apellidos, como los cromos, pero me arrepentí cuando caí en que en mi DNI pone Fuentes López. Era un mal negocio en el que yo saldría perdiendo y ella pasaría a tener los míos: se convertía literalmente en mi hermana. Otro amigo se apellidaba Cubo. Pintaba dramático por mi parte tener tales apellidos, pero con el tiempo uno se da cuenta de que en esa situación extraordinaria todo son facilidades. La primera podía decir "soy López al cuadrado". El segundo escribía su nombre directamente así: Carlos³. Jaque mate.
La cara A y la cara B de las cosas que existen. El poco dinero que se tiene estando en paro y el tiempo de sobra para disfrutarlo. El dinero cuando se trabaja y el poco tiempo para disfrutarlo. Los meses de preparación para un examen clave y lo mucho que uno se juega en 60 minutos de mierda. Lo que se juega uno en solo 60 minutos que no son nada después de tantos meses de preparación. Hay una cosa que cuesta poco decirlo y mucho hacerlo: encontrar el lado positivo. Buscarle el dorso a todo. Girarse cuando uno toma el sol. La vuelta a la tortilla que se quema. Algo así como levantar el sofá y encontrar cosas que ni una madre con su infalible "a que voy yo y lo encuentro".
Parece sencillísimo ver el vaso siempre medio lleno. Es increíble cómo depende tanto de factores externos. Los días nublados son directamente proporcionales a mis pocas ganas de vivir. Dicen que detrás de cada tormenta hay un rayo de sol, pero aquí nadie nos explica qué pasa si la tormenta es nocturna. Ni qué hay detrás de cada puertecita de cada uno de esos trasteros alquilados. Ni qué cabe en mi bolsillo. Ni cuántas motocicletas entran en un estadio sin que te pillen intentando la proeza. Siempre habrá que comprobarlo o darle un giro, ponerse otras lentes y ver la vida que pasa con otra manera de afrontarla.
A ser posible, por favor, sin apellidos repetidos.
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