La Santísima Curiosidad
- Alberto Fuentes López
- Sep 9, 2021
- 3 min read
Un obispo satánico y ultraconservador que lo deja todo por amor era justo lo que necesitábamos para recordar que sobrevivimos de la curiosidad.

De pequeño se es filósofo, investigadora, periodista, detective y arqueólogo. Todo a la vez. ¿Qué es esto? ¿Y esto qué significa? ¿Por qué? ¿Y por qué no? Nos transformamos rápido en pequeños cotillas en potencia. Desde que nacemos practicamos la curiosidad, un animal que vamos alimentando a lo largo de nuestros días, que no se cansa de comer. A la vuelta de la esquina siempre aguarda algo nuevo para seguir produciéndole antojo de comida a ese bicho. Que no le falte de nada.
Quién mejor para entenderlo que el protagonista de la semana, el exobispo de Solsona, Xavier Novell, cuya historia tiene asombrada a la opinión pública. Xavier es un ultracatólico que abandonó la Iglesia, dicho de mejor forma, renunció de un día para otro a ser obispo por "motivos estrictamente personales": enamorarse de la que era su psicóloga, una escritora de literatura erótica y satánica, Silvia Caballol. No es ningún capítulo de serie de Netflix, pero tiene todo lo que tiene que tener.
Novell era un clérigo muy mediático -el obispo más joven de España- y durante años se paseó por los platós de televisión haciendo apología de la homofobia o el machismo, defendiendo su postura antiaborto e incluso, no hace tanto, volvió a ser noticia por introducir el independentismo catalán en sus misas. Un hombre virgen desde que a muy temprana edad fue poseído por el espíritu santo y ahora, a los 53 años, ha saltado (o volado por los aires) el muro eclesiástico por amor. Extremadamente curioso él y su historia.
Es así. Vivimos de un alimento no parecedero que se llama curiosidad. Somos gatos pardos frente a una valla. Objetivo: saltarla, aun sabiendo cómo pero sin saber de qué manera. El niño que pregunta a su mamá el porqué de cosas insólitamente cotidianas. Un sudoku de acontecimientos que nos marcan. Vestidos de preguntas para aspirar al desnudo de las respuestas. Gasolina del motor que llevamos adentro como aquel Renault 12, no va rápido, pero va. Va siempre. A cincuenta o a cientoveinte. La curiosidad.
Tenemos más preguntas que un cuestionario de oposiciones y menos respuestas que un mudo amordazado y ronco. No saber absolutamente nada pero querer saberlo todo. La curiosidad. La maldita y maravillosa curiosidad que prende cualquier hierba húmeda.
Nos mueve, nos hace volar, nos da razones y excusas como el primer flechazo en la pubertad. Somos arqueólogos en muchos yacimientos. Nos sorprenderíamos si miráramos hacia dentro porque veríamos una criatura de colores vivos, de esas que, como en la película de Disney Pixar Inside Out, controla nuestros impulsos y emociones. Tiene gafas y pelo desaliñado, trabaja incansablemente frente a un ordenador portátil, llama por teléfono, observa. Podría ser perfectamente un periodista. Es el periodista de investigación que llevamos dentro. ¿Qué gracia tienen los asesinatos que se confiesan, si así se pierde todo el camino de la investigación? Tenemos más preguntas que un cuestionario de oposiciones y menos respuestas que un mudo amordazado y ronco. Es el sentido. No saber absolutamente nada pero querer saberlo todo. La curiosidad. La maldita y maravillosa curiosidad que prende cualquier hierba húmeda.
No quiero volantazos como el del exobispo satánico, pero quiero que haya historias así. Que sea posible descubrirlas, que haya gentes que sean capaces de protagonizarlas. Quiero seguir preguntándome por qué, no quiero lamentarme por saberlo cuando esa criaturita interior encuentre la respuesta. Pero como somos drogadictos del conocimiento, pasa lo que pasa. Algunas almas más, otras menos. Pero pasa lo que pasa y lo que pasa es: esfuerzo para traducir y traducirnos, y cuando lo tenemos, zás. La oración cambia de sujeto y verbo y predicado y complementos. Nos descoloca. Pero seguiremos buscando, como los rascas que nunca tocan y siguen siendo comprados.
La curiosidad siempre está, siempre debe estar, porque ni si crea ni se destruye, simplemente se transforma. Amén.
コメント