top of page

Orgasmos y café con hielo

  • Writer: Alberto Fuentes López
    Alberto Fuentes López
  • May 19, 2021
  • 4 min read

En lo simple y pequeño de nuestra rutina tan frenética están esos pasos de hormiga hacia la felicidad y el gozo. Es una personalidad y se llama ser disfrutones con poco.



Ni un paquete de palomitas había en el Mercadona de mi barrio cada vez que miraba. Dos veces me asomé al pasillo de la cerveza y solo había latas sueltas de marca blanca. Jamás vi a tantos habitantes del mundo comprando vino. En plena pandemia la gente buscaba sus ratitos de placer y relajación para plantarle cara a un situación depresiva como el confinamiento. El papel higiénico se agotó también. Lo dicho, la gente buscaba sus ratitos de placer y relajación. Que también ocurren sentados en la taza del váter.


Estos pequeños deseos son el aliciente que hace que todo lo demás merezca la pena. La felicidad es un puzle lleno de mil piezas y cada pieza es un instante a veces invisible; que pasa desapercibido. Como cuando aparcas a la primera. O una mirada cómplice. Un sí que no esperabas. Un desayuno malagueño en un paseo marítimo malagueño. Importante el pitufo o mollete mixto y el mitad doble. Una llamada de esas que aportan buenas noticias. Los "qué alegría verte" y los "tenemos que vernos más" que no terminan siendo una mentirijilla para quedar bien. Las sorpresas que das y las sorpresas (para bien) que uno se lleva. Un billete en el suelo que te mira y te dice "cógeme y no mires atrás".


La felicidad se parece a dedicarle un gol a quien fue a verte jugar. A rascar y que aparezca la palabra 'PREMIO'. Asomarse al árbol de Navidad un seis de enero. Un campero de pollo curativo de resacas. El meme que te hace reír sin caer que estás solo, sola, en tu cuarto, a carcajadas mirando a la pantalla del móvil. Compartirlo y que se rían contigo. Jajajá. Qué gilipollas. Pero eso que uno se lleva. Esa fiesta sin expectativas que acaba siendo inolvidable. El primer amor. El segundo. El tercero. Vivirlos como si siempre fueran el primero. Uf, cuidado. Me invade ya el espíritu cursi.


Sigamos por otro lado: una película de Denzel Washington. Meter los pies en la arena. Una puesta de sol de esas que dejan embobado. Ese inolvidable verano d.S. (después de Selectividad). El verano, a secas. Tu coche recién lavado. Toda buena cosa que a tu gente le pase. Botellín de Heineken bien fría. Un tinto de verano con limón. Una barbacoa en reunión. Canción de Dellafuente, da igual cuál, cuándo y dónde.


La ducha después del playeo. Café con hielo. Siestecita revitalizadora. Todas esas charlas con los tuyos que para la eternidad quedan. Los primeros días de un ligue. Ese proceso de tonteo, esa confianza que ni Stephen Curry tirando triples.

Cositas pequeñas como arreglarse para la ocasión porque es La Ocasión. Posponer la alarma. El regreso de alguien a quien echabas de menos. La graduación que marcó el fin de una etapa y el principio de otra. Un "gracias por todo". Un "no me faltes nunca". Tortilla de atún jugosa. Olor a lluvia, a chimenea, a campo. Copazos en el centro histórico con histórico ciego universitario incluido. Ver crecer y mejorar a los tuyos. Ver que mejoras. Tarta de queso. Tiramisú. Todos esos viajes sin percances. O con percances que se resolvieron y en anécdotas quedan. Un paseo en coche convertido en karaoke, donde se grita cada canción sin miedo a morir de vergüenza ajena. Los libros que te hacen reflexionar y reír y decir qué pasada fue leerlo. La piedra que lanzas al mar y da seis o siete saltitos de rana. Ayudar a llevar las bolsas de la compra a alguien desconocido: héroes sin capa, seres de luz repentinos.


Orgasmos mutuos. Aprobado inesperado, nueve y medio en matemáticas, una chuleta aliñada con un poquito de suerte para que no te pillen. Todo lo que se llame 'Kinder no se qué'. El momento de salir por la puerta de un gimnasio habiendo cumplido con lo establecido. Porque no muchas veces ocurre. La ducha después del playeo. Olor a perfume en la ropa. Café con hielo. Descubrir sitios inimaginables, por casualidad. ¡Me acabo de acordar de esa maldita canción, por fin!


No tiene precio ese momento posterior a comprarte eso que llevabas tanto tiempo queriendo tener. Bueno, sí que tiene precio. El que acaban de clavarte por comprarte eso que llevabas tanto tiempo queriendo tener. Una pachanga con los colegas. Que guste tu regalo. Madrugar sin querer y amortizar la mañana. Siestecita revitalizadora. Todas esas charlas con los tuyos que para la eternidad quedan. Los primeros días de un ligue. Ese proceso de tonteo, esa confianza que ni Stephen Curry tirando triples. Un perro corriendo hacia ti, moviendo el rabo, segundos antes de ser acariciado y lamerte hasta el infinito y más allá. Mantita de franela en diciembre. Consejos que marcan... y terminan sirviendo. Ese momento anterior a ver el último capítulo de la serie que te enganchó. Un cumpleaños bien rodeado. Un objetivo cumplido. El vídeo que revisas con cariño. Ganar un peluche en la feria. Aire acondicionado a tope en agosto.


Y así hasta aburrir al lector. Resulta que son estas las gotitas de placer efímero que uno vive sin saber a veces que son las que dan vida. A ver si Coca-Cola iba a tener razón con poner en los tapones de sus botellas lo de "Destapa la felicidad". En lo simple y pequeño de nuestra rutina tan frenética están esos pasos de hormiga hacia la felicidad y el gozo. Es una personalidad y se llama ser disfrutones con poco.


Dani Rovira reflexionó en su monólogo 'Odio' de Netflix algo muy parecido e inspirador. Sacó a pasear a su perra 'Carapapa', que se paró en seco impidiéndole seguir caminando. "Y cuando la miro, veo que todo su afán era por pararse un momentito, porque quería oler una flor. Me quedé mirando esa imagen y creo que ahí lo entendí todo. Ahí dije: espera, espera, igual la vida es eso. Igual la vida consiste en, de vez en cuando, pararte un ratito a oler una flor". Las piezas de la felicidad son como las bolas de dragón de Goku, pueden estar en cualquier parte y no necesariamente lejos. Sea en una flor, en un orgasmo, en un café con hielo o, como demostraron muchos, en un pack de papel higiénico de Mercadona.

Comments


¡Muchas gracias!

© 2023 by Design for Life

bottom of page